Hace unas horas fue detenido en Francia el fundador y CEO de Telegram, Pavel Durov cuando bajó de su avión privado en el aeropuerto de Le Bourget, a las afueras de París.
Durov tenía una orden de detención emitida por funcionarios franceses sobre la base de una investigación inicial. Las autoridades francesas señalan que la falta de moderación (de censura) de Telegram, su falta de colaboración con las fuerzas policiales y los instrumentos que proporciona (números desechables y criptomonedas) lo convierten en cómplice en el tráfico de drogas, la pedofilia y el fraude, por lo que se ordenó su detención por la Oficina Nacional Antifraude. A la acusación podría agregarse cargos como terrorismo, tráfico de estupefacientes, lavado de dinero, piratería, comercio de bienes robados y delincuencia contra menores, y así, Durov podría enfrentar una pena de hasta 20 años de prisión.
Durov es un empresario y programador nacido en Rusia, que comenzó a despuntar al fundar en Rusia en 2006 el sitio de redes sociales VK (VKontakte), la cual fue expropiada en 2014 por el dictador ruso Vladimir Putin, al negarse Durov a facilitar a los servicios de seguridad rusos datos de usuarios de manifestantes ucranianos en los disturbios anti rusos conocidos como el Euromaidán, antecedente de la guerra ruso-ucraniana.
Telegram es una aplicación de mensajería instantánea basada en la nube que fue lanzada en 2013 por Durov y su hermano Nikolai, hoy con más de 900 millones de usuarios en todo el mundo. Hace unas semanas la justicia española también había puesto sobre la mira a Telegram y un juez pedido su cierre, con acusaciones similares, por el pirateo de emisiones deportivas.
Lo paradójico es que ahora no es la autocracia rusa, sino Occidente el que apresa a Durov, precisamente por no censurar la libertad de expresión, vía la Francia “liberal” de Emanuel Macron, aliada de la administración Biden (la que ya había intentado vulnerar ilegalmente el cifrado de Telegram, a través del FBI). Al respecto, hace unos días, Thierry Breton (ex funcionario francés proveniente del conservadurismo galo), comisario de la Unión Europea para el mercado interior, había advertido a Twitter, por la entrevista de Donald Trump a Elon Musk, amenazando con sanciones y multas multimillonarias contra el llamado discurso de odio y la desinformación, en un franco intento de regular y sancionar extraterritorialmente la libertad de expresión. El episodio pues, es un ejemplo más del progresivo declive de la Unión Europea hacia las peores prácticas soviéticas, criminalizando la libertad de expresión. En una actualización a nuestros días de El camino de servidumbre del que ya había advertido Friedrich A. Hayek.
Pavel Durov se encuentra esta noche en una mazmorra francesa, como una advertencia viviente para cualquier otra plataforma y sus directivos que se nieguen a censurar la verdad y la libre opinión a instancias de las agendas ideológicas de los gobiernos, las cortes judiciales y las agencias de espionaje y seguridad. ¿Es una advertencia a Elon Musk? Éste haría bien en no pararse por la Unión Europea por un buen rato.
Si permitimos sin reaccionar hoy este tipo de ataques a la libertad de expresión, por parte de los gobiernos y los burócratas, se harían un Internet y unas Redes Sociales menos libres, mentes más vigiladas y controladas, y en lo personal nunca volveríamos a ser libres. Hoy la libertad está bajo ataque en el mundo, y es esencial defender las plataformas y herramientas de privacidad para el futuro de la democracia y de las libertades a nivel mundial.
Es el momento de oponerse y luchar. Porque después no habrá marcha atrás.
Por @victorhbecerra
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