Este domingo, las estratégicas elecciones intermedias en Argentina (que renovaron 127 de las 257 bancas de la Cámara de Diputados y 24 de las 72 bancas del Senado de la Nación, para el periodo legislativo 2025-2029) arrojaron un resultado inesperado. La mayoría de las encuestas preveían una ventaja casi irremontable de 15 puntos en favor de la oposición de izquierda, el peronismo kirchnerista, casi la misma diferencia (del 13%) que el kirchnerismo obtuvo a principios de septiembre pasado en las elecciones provinciales en la Provincia de Buenos Aires (PBA). Pero con un enorme activismo y autocontrol personal, el presidente Javier Milei logró conjurar las peores expectativas, frente al discurso delirante del kirchnerismo que hablaba de una especie de referéndum al mandato de Milei, de un desastre económico en puerta y de un “país ocupado” por EEUU y Donald Trump. Muchos analistas preveían que su activismo cerraría la diferencia a cuando más un 7 u 8% Y sin embargo, la realidad dictó otra cosa.
Los resultados oficiales dados a conocer por Guillermo Francos, el ministro nacional del interior (en una intervención desprolija, cansina, anticlimática y con penosas fallas de audio y video, y cuadros estadístico sin terminar) mostraron una victoria contundente de Milei y su partido, que de manera sorpresiva tiñó de violeta el mapa electoral argentino: La Libertad Avanza (LLA), el partido de Milei, ganaría en 16 de 24 provincias y saldría segundo en las 8 restantes. Y además, logró remontar los malos resultados de hace mes y medio en la Provincia de Buenos Aires y conjuró las peores expectativas en la misma ciudad capital de Buenos Aires. En resumen: frente a las expectativas creadas por las encuestadoras, en una nueva y gran derrota para éstas, el electorado argentino mostró una enorme madurez y se pronunció a favor de las reformas de libre mercado, del equilibrio fiscal y de una alianza profunda y duradera con los EEUU, y en contra de los empobrecedores seriales del peronismo, dictaminando que no quieren una vuelta atrás al perokirchnerismo y su corrupción y parasitismo.
Así, y con una participación de casi el 68% del padrón electoral, LLA habría ganado con el 40,84 % de los votos y obtenido 64 bancas en la Cámara de Diputados, mientras que la principal oposición, el kirchnerismo, obtuvo el 24.5% de la votación nacional y solo 31 asientos. Otras fuerzas obtuvieron resultados menores, que los exponen a la irrelevancia, particularmente al viejo radicalismo y la fuerza política de los gobernadores del país, la lista de Provincias Unidas. En PBA, el mileísmo logró cerrar la elección y podría ser finalmente ganada por un puñado de votos, por LLA con Diego Santilli, un candidato de último minuto, tras un inesperado escándalo de financiamiento ilegal al candidato original, José Luis Espert. Y en Buenos Aires capital, ganó la hoy aliada, colaboradora y ex rival de Milei, Patricia Bulrich, que así se perfila como posible próxima candidata libertaria a gobernadora.
De ese modo, si estos primeros resultados se oficializan, Milei y sus partido pasarán en la Cámara de Diputados de 34 diputados a 93, y en el Senado de 6 a 18 asientos, por lo que Milei tiene razón en su previsión de que el próximo Congreso argentino será el más reformista de la historia: convirtiendo en reformas efectivas y reales muchos de sus proyectos. Este discurso de victoria de Milei la noche de este 26 de octubre, tuvo otros elementos muy rescatables, dejando atrás mucho del estilo rijoso de Milei, llamando a la colaboración a las fuerzas políticas de los gobernadores provinciales, y ofreciendo gobernar para todos, muestra de que Milei supo escuchar el dictamen ciudadano en la derrota de septiembre en la PBA. Todos esto son palabras que comprometen y obligan el resto de su gestión, con mayor diálogo y menos soberbia y polarización desde la Casa Rosada.
Estos resultados, dejaron muchos derrotados: en primerísimo lugar a la convicta Cristina Kirchner (que tras la derrota, tuvo la desvergüenza fuera de lugar de salir a bailar al balcón de su cárcel domiciliaria) y su círculo íntimo, con el populista Juan Grabois y el vencido candidato Florencio Randazzo en primer lugar; a Jorge Taiana, el candidato derrotado a senador del kirchnerismo en PBA, primer canciller del fallecido Nestor Kirchner y cuyo nombre ha comenzado a aparecer en las delaciones de narcofinanciamiento del jefe de la inteligencia chavista, Hugo Carbajal, preso en EEUU; al propio kirchnerismo en conjunto, que tendrá que procesar una disruptiva disputa interna entre Cristina Kirchner y el gobernador de PBA, Axel Kicillof, que ya se veía como candidato presidencial perokirchnerista en 2027. Y a hasta la derecha católica, supuesta vieja aliada de Milei, que en un hecho extrañísimo, llamó de ultimo minuto a votar en contra del mileísmo y desfondar su gestión, demostrando así lo que muchos libertarios creemos y decimos desde hace mucho: la derecha retrógrada y estatista no es un socio confiable y entre más lejos estemos de ellos, mucho mejor para todos. Y finalmente, a la izquierda latinoamericana en muchos países, en donde el triunfo de Milei y LLA dará muchos incentivos e impulso a candidatos y partidos promercado y sus agendas, y pienso en primer término, en Uruguay y en Chile, con Johannes Kaiser.
Y claro, la victoria tiene muchos padres, legítimos. Milei citó a varios de ellos en su discurso de victoria esta noche. Pero al final, el gran triunfador es el propio pueblo argentino, que logró conjurar por ahora el regreso del populismo izquierdista de empobrecimiento incontenible, irresponsabilidad absoluta y corrupción contumaz.
La Libertad y Argentina Avanzan de forma imparable
•

Deja un comentario